martes, 12 de marzo de 2013

Revelaciones del mundo interno


No es una mentira lo que hoy a mi mente viene,
ni tampoco exageraciones como algunos pensarían que es,
¡Ay de mí! si digo pasar miseria estando en palacio de reina, 
casa de finos cristales, en aguas de diamantes.


No es una queja lo que mis dedos describen en las caricias del recuerdo,
pues !ay de mí!, si digo ser miserable, por los gruesos infortunios
que tocaren mi puerta; ninguno de ellos ha rozado el borde de mis vestidos,
no como he visto, no a como me lo han narrado.


Pero... vestigios de vivencias de mi desconocido interior miré, 
como viejas fotografías desordenadas por el viento,
tan diferentes a lo que las trajo a mi supuesto presente.


¿Cómo compararlo y luego jugar de víctima?
 pues ¿Cómo obviar?; no es tan fácil pasarlo por alto, y no sentir
esa sensación de morir lentamente por caer al vacío.

Ni aún las lágrimas que gritaban auxilio 
y piedad fueron oídas, nisiquiera su jugoza plegaria, sino que...
fue sumida en el silencio.

Pero... ¿Cómo pasarlo por alto, 
si hablo de agonía en medio de un escenario?
solo he estaba sostenida cuan marioneta
con cuerdas de promesas que perdían su valor al final de la canción de fondo.

No es ficción lo que alteró mis nervios aquella noche,
 ni letras vacías aclarando compasión enfermiza.

La pregunta que surge es: 
¿Qué dice el mundo interno sobre dicho significado? 
Pues ya está cansada de esconder su vestido rubí
y su despampanante encanto.


Noviembre 2012

1 comentario:

Ceciely dijo...

Divinamente escrita tu prosa y muy profunda. No es mentira, ni queja, pero... es una realidad que no se puede esconder y aunque se vista de rubí, las lágrimas siempre serán diamantes que corren en un mar de tristeza. A pesar de todo, digo... que queda la esperanza. Todo se transforma y todo cambia en el universo, es cuestión de tiempo, paciencia y mente positiva.
Un gran abrazo, escribes con el alma.