Dibujé con mi mente
una ruta al pasado,
y solo encontré un
camino irregular
con historias añejas
por el olvido, la confusión
y algunas penas.
Pero no soporté
tal boceto en mis adentros
ni sus recuerdos que
mostraba las quejas
de malas decisiones.
Solo deseaba gritar al vacío y
saber que de mí se desprendía
el alivio que muchos
habían buscado.
Pero en eso te mire a un lado
de mi trayecto, tan tranquilo...
no sentí como en un instante
mi escena se congelaría
con tu mirada insondable.
Como un rayo que estremece la tierra
y de los aires se apodera, así
cautivaste mi corazón,
pues recibiste mi grito indecible
dándole un sentido a ese viaje.
Para volver corriendo sin disgusto
y darme cuenta que no
eres solo un recuerdo,
sino mi dulce presente,
del cual no tengo lamento.
Sabrás entonces, ni las más bruscas
pruebas o ásperas formulaciones,
podrán borrar lo que has ya formado
en mi interior; una nueva ruta que juntos
nos conduce a la felicidad.
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