Viaje VI

Aplacando la rigidez, acortando las distancias, se acercó a su ventana; estructura añeja y descuidada que no tenía deseos de intentarlo una vez más. Acercándose lentamente, movido por la ternura e inocencia, rompió el silencio y el adiós de otros, llenos de indiferencia y falta de amor. Tan sólo impuso su mirada, y retó a ese corazón sellado, caminar hacia una nueva esperanza, aún sin nadie notar esas verdes hojas cubiertas por suspiros en secreto, que habían marcado todo el ambiente.