Tomada de Daniela Carneiro
Busqué en medio de sombras,
la razón de los infortunios en lo cotidiano,
de las desilusiones en un mundo perdido,
de la incertidumbre que asecha el mañana.
de la incertidumbre que asecha el mañana.
Caminé vagamente deseando un verso que
justificara el porqué de tantas esperas,
respuestas no contestadas,
espacios en blanco que amalgaman
la voluntad con
resignación.
Un verso que, bien supe terminaría como
aquella historia de lo que nunca fue y pudo ser,
cuentos sin voz audible teñidos de frustración,
intentando explicar vacíos existenciales,
aquella historia de lo que nunca fue y pudo ser,
cuentos sin voz audible teñidos de frustración,
intentando explicar vacíos existenciales,
y dejando nada para aferrarme.
Pero entonces comprendí lo vano de mis razonamientos,
Y lo inútil de mis palabras.
Fue entonces cuando vi lo necio de mis acciones,
y lo necesario de un cambio.
Fue entonces, cuando en verdad escuché
la voz Divina que hablaba a mi alma.
Fue entonces, cuando en verdad escuché
la voz Divina que hablaba a mi alma.
Y sentí el profundo deseo de mirar con esperanza el cielo,
de abrazar a mi madre, de sonreírle al vendedor
o tener compasión por un niño de la calle.
Fue allí, cuando noté mi capacidad de ser libre
Fue allí, cuando noté mi capacidad de ser libre
la dicha de ser agradecida y el poder de decidir
cómo actuar sobre aquello que me agobiaba.
Fue en ese momento, que le encontré el sentido al vivir,
cómo actuar sobre aquello que me agobiaba.
Fue en ese momento, que le encontré el sentido al vivir,
y fui realmente feliz.
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