Al cerrarse el día,
mire al vacío y en eso note:
que ni en mis sueños
de fantasías sempiternas,
de cuentos metafóricos,
de melodías delicadas...
me miraba antes yo
mirándote,
hablándote
desde mi mente
con mi romántico proceder.
Visualicé entonces tu nombre
de todas las formas
posibles que alguien pudiese,
y en mis letras sin escribirlo lo plasme,
lo admiré,
abracé, y
aprendí a disfrutar de ello.
Para luego, al tiempo
y pasar de los días,
cuando te quedares perdido en el vacío
notaras entonces mi asombro,
te asombraras juntamente conmigo,
y en ese preciso instante
lograses abrazar mi nombre y
plasmarlo en esa expresión
que aun no te has dado cuenta
el tiempo que ahora invierto en mirarla.(escrito el 17-9-13)
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