Algo que ocurrió una vez no hace mucho, fue que vi como se quebró en millones de pedazos aquella estatua que tan perfecta parecía ser, me arrodillé, suspiré. Entre lágrimas y negación traté de reconstruirla, por medio de acciones, gestos y un: "mira! puedo formar otra estatua aquí mismo", en donde la persistencia aparentaba ser el camino a la felicidad. Pero la verdad es, que el pasado es irreparable y los errores como lanzas clavadas en el corazón. por lo que entendí que... lo más maravilloso es poder levantarse, limpiar de las rodillas el polvo, secar las lágrimas y buscar nuevo material para construir obras de arte mejores y más fuertes. Allí habrán nuevas oportunidades y nuevas esperanzas; frutos sanos y saludables para alimentar el alma.
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