Viaje XIII

Le vi mirando con ojos perdidos con su sueño innato por cambiar al mundo y hacer a unos cuantos felices con su humor. Le vi y noté sin dudar, que no podía ser remplazada Tan mujer, tan sutil, con golpes en su pecho deseando despertar su alma de la realidad que sentía aún sin conocerla. Ansiosa, inquietante y a la vez prudente, sabía que sus pensares eran fugaces, llenos de un conocer sin vivir, hasta que supo no tenía opción de entender porque escribía lo que sus emociones mandaban. Le vi notando lo evidente, pero a la vez omitiendo lo importante, sin revisarse aunque había pasado años contando sus historias entre voces y letras. Tan mujer, con ambivalente descripción de ella, llena de dichos impuestos y creencias adquiridas, llena de juicios , vestigios de razón y cordura saludable. Ahora callada, ecuánime y a la vez impulsiva, se sabe aceptar y entender. Llena de proyecciones y virtudes presentes, Que la hacen simplemente ser; ser ella misma.